Villa de Prado desde el paraje de Caño Hondo.Barrio alfarero de Santa María.Puente de las Carnicerías Reales. Entre la Plaza de Portugalete y Cantarranas.Convento de San Agustín y de San Benito con el Palacio de la Ribera al otro lado del río.El Alcázar Real y los restos del Alcazarejo junto al ramal norte del Esgueva.Patio de la aljama de Claudio Moyano.Maqbara mudéjar junto a la puerta de S. Pedro (Casa del Estudiante).Convento de S. Francisco en la Plaza Mayor.Restos romanos de la zona de la Antigua y Portugalete.Soto de Medinilla en un meandro del Pisuerga.Necrópolis judía en el paseo central del Campo Grande. Colegiata de Sta. María y, a la izquierda, La Antigua.El primitivo Alcazarejo con el Esgueva a sus pies. Vista desde la Plaza de la Rinconada.
Serie de 13 recreaciones realizadas para la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Se trata de un recorrido, en absoluto exhaustivo, por los lugares de interés arqueológico de la ciudad de Valladolid y su entorno inmediato. Incluye desde yacimientos de la Edad del Hierro como el Soto de Medinilla, hasta el imponente complejo del Convento de San Francisco junto a la Plaza Mayor, pasando por los restos romanos de la Villa de Prado.
Cada vista es el resultado de un compromiso entre veracidad histórica y necesidad divulgativa; por una parte la documentación disponible no siempre da respuesta a todas las preguntas y por otra el público merece que se le ofrezca una visión lo más clara y global de estos sitios. Por esta razón he optado en general por un punto de vista elevado que permita al espectador local identificar los lugares con facilidad, y al forastero entender de un vistazo la importancia pasada de la ciudad.
En cualquier caso, estas recreaciones pretenden, al igual que otras iniciativas editoriales recientes, abrir una nueva ventanita al pasado. No cabe duda de que la investigación arqueológica, tan imprescindible, nos pondrá a todos en nuestro sitio. Pero, mientras tanto, justo es apostar por una interpretación gráfica personal pero documentada.
Aceñas del Puente Mayor
Recupero aquí otras ilustraciones ya publicadas sobre el Valladolid desaparecido, en este caso las aceñas del Puente Mayor.
La muralla de Moncofa se construye en torno a 1340 en técnica de tapial . Tendría al menos 7, 70 m de altura, y 96 cm de ancho.
En 1500, para proteger a la población de la piratería, se construyó adosada al antiguo portal de la muralla una torre-portal. La torre era de planta cuadrada, de mampostería de argamasa y piedra.
Frente a ella se construyó un antemuro paralelo a la muralla que guardaba la puerta y dos antemuros más o barbacanas en los laterales de la puerta.
La ilustración recrea el aspecto de la muralla de Moncofa en el siglo XVI. Los datos los ha proporcionado una reciente excavación arqueológica realizada por Arqueocas.
Tras más de dos meses de trabajo está a punto de ver la luz uno de los encargos más interesantes (y complejos) que he hecho últimamente. Se trata de un juego de 48 cartas ilustradas para conocer los principales monumentos, personajes y hechos de la presencia musulmana en la Península Ibérica a través de ocho familias temáticas con textos en español, inglés y árabe.
El pasado 11 de abril dieciséis esculturas macizas de cobre representando a los doce apóstoles y a los cuatro símbolos de los evangelistas fueron retiradas de la aguja de la catedral de Notre-Dame. Fueron instaladas en 1860 durante la controvertida restauración del templo realizada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, entre 1843 y 1864. Él mismo se hizo representar bajo los rasgos de Santo Tomás… A pesar de sus habituales licencias en relación a la realidad histórica, debemos a Viollet-le-Duc la reinstalación de la aguja, desmontada en el siglo XVIII ante la amenaza de desplome.
En su diccionario de la arquitectura francesa medieval, una magna obra en diez volúmenes ilustrados por el autor, Viollet-le-Duc explica las debilidades estructurales que obligaron a desmontar la aguja, hoy destruida por el incendio. También aporta datos sobre la estructura general de la flecha, su peso (500 toneladas) y los nombres de los plomeros y artesanos que colaboraron en la obra.
Dictionnaire raisonné de l’architecture française du XIe au XVIe siècle.
VIOLLET-LE-DUC
La souche de la flèche de Notre-Dame de Paris, bien qu’elle fût combinée d’une manière ingénieuse, que le système de la charpente fût très-bon, présentait cependant des points faibles ; ainsi, les grandes fermes diagonales n’étaient pas suffisamment armées au pied, les contre-fiches-moises ne buttaient pas parfaitement les poteaux extérieurs de la pyramide, les arbalétriers étaient faibles, les entraits retroussés sans puissance. Les fermes de faîtage ne trouvaient pas, à la rencontre de ces deux grandes contre-fiches, un point d’appui inébranlable ; d’ailleurs ces contre-fiches, à cause de leur grande longueur, pouvaient se courber, ce qui avait eu lieu du côté opposé aux vents. Par suite, la flèche tout entière avait dû s’incliner et fatiguer ses assemblages.
(…)
Nous l’avons dit tout à l’heure : les quatre piles du transsept sur lesquelles repose la flèche de Notre-Dame de Paris ne sont pas plantées aux angles d’un carré, mais d’un quadrilatère à quatre côtés inégaux, ce qui ajoutait à la difficulté.
(…)
La flèche de Notre-Dame de Paris est entièrement construite en chêne de Champagne ; tous les bois sont recouverts de lames de plomb, et les ornements sont en plomb repoussé[8].
8- La charpente de cette flèche a été exécutée par M. Bellu, et la plomberie par MM. Durand frères et Monduit. L’ensemble, compris les ferrures, pèse environ 500 000 kilog. Chacune des piles du transsept pourrait porter ce poids sans s’écraser. Les douze statues des apôtres et les quatre figures des symboles des évangélistes qui garnissent les quatre arêtiers des noues sont en cuivre repoussé, sur les modèles exécutés par M. Geoffroy-Dechaume.
Diversas escenas para la publicación (inédita) que prepara Santiago Martínez Caballero, director del Museo de Segovia, sobre la ciudad y la provincia en época romana.
La campaña desarrollada por el cónsul Tito Didio en la Celtiberia del Duero entre el 98 y 94 a.C. supuso la conquista y anexión del alto valle del Duratón, en tierras de Segovia, donde ya existían diversas ciudades (oppida) de origen indígena como por ejemplo Sepúlveda.
La nueva política romana implicaba la reorganización de los nuevos territorios y el movimiento de ciertos núcleos de población. En el caso de Sepúlveda la población se traslada desde su atalaya fortificada hasta el valle del Duratón, unos kilómetros al este, donde se funda ex novo la ciudad romana de Confloenta.
El nombre de Confloenta hace referencia no sólo a la unión de dos ríos (el Duratón y el Serrano) sino también a su importancia como cruce de caminos, vías pecuarias y vías romanas.
La nueva ciudad se asienta cercana al Duratón, sobre una meseta elevada, con un trazado de calles regular como demuestra la fotografía aérea. Esa retícula queda definida por el habitual cruce de calles principales (kardo y decumano) hasta ocupar una superficie de 50 ha.
En Confloenta destaca el amplio complejo termal, excavado en los últimos años por Santiago Martínez Caballero, director del proyecto y del Museo de Segovia. Este gran edificio de unos 2000 m2 se encuentra junto a la rampa de acceso meridional de la ciudad y cuenta con diferentes salas calefactadas (hipocausto), algunas de ellas con mosaicos geométricos.
Un aspecto muy importante de la ciudad de Confloenta es la presencia hacia el este del foro pecuario o mercado ganadero, un amplio espacio cuadrangular de 150 m de lado cerrado por un muro y que servía para la exhibición y venta de ganado bovino y ovino.
A poca distancia de la ciudad romana, a orillas del río, se encuentra la iglesia de La Asunción, edificio románico construido sobre el cementerio visigodo de Duratón. Descubierta en 1929, se trata de una de las necrópolis visigodas más importantes de España ya que cuenta con más de 650 enterramientos.
Estas son algunas de las ilustraciones y planimetrías realizadas para la reciente señalización de la ciudad romana y de la necrópolis visigoda llevada a cabo por Arcovia, Estudios integrales de Patrimonio Cultural.
El Ayuntamiento de Salamanca acaba de inaugurar, en la Cuesta de Carvajal, el Centro de Interpretación de los Recintos Fortificados Históricos, incluyendo la recuperación de un tramo de la muralla prerromana del siglo IV a de C.
Se trata de un recinto que cuenta con audiovisuales y cartelería explicativa para dar a conocer los distintos sistemas defensivos de la ciudad a través de diversas épocas: la cerca defensiva del Cerro de San Vicente, de la primera Edad de Hierro; la muralla castreña de la segunda Edad de Hierro o la cerca vieja, muy posiblemente de origen tardorromano, entre otras.
En el proyecto museográfico, llevado a cabo por Patrimonio Inteligente, he tenido la oportunidad de realizar una serie de infografías que recogen el desarrollo urbanístico de la ciudad en tres momentos de su historia.
Ilustraciones realizadas por encargo de Patrimonio Inteligente para el nuevo montaje museográfico del Centro de Recepción de Visitantes del Castillo de la Mota. Se trata de un edificio construido sobre los restos de parte del poblado de la Primera Edad del Hierro, restos excavados en 2003 y que se pueden contemplar in situ.
Desenlace de la intensa historia entre el emperador Aureliano y la ambiciosa reina Zenobia. Carlos de Miguel aporta conocimiento, mapas y un discurso que engancha. Este capítulo incluye esta ilustración que recoge el momento en que Zenobia entra en el foro de Roma a través del Arco de Augusto, encadenada y a lomos de un dromedario. Un placer. Os dejo con la introducción que el autor hace de su capítulo.
Conocidas ya las actividades de Aureliano en el interior de Italia resolviendo asuntos internos que afectaban a la propia seguridad de Roma, Zenobia había expandido su dominio por buena parte de las provincias orientales, incluyendo Egipto. Un desafío que no obtuvo respuesta inmediata por parte del emperador debido a los innumerables frentes abiertos que tenía ante sí.
Sin embargo, una vez apuntalada la situación en Italia, y con la retaguardia relativamente tranquila, Aureliano, emperador de roma desde el año 270, marcha hacia oriente. Desde los tiempos de Odenato, la pars orientalis se había mantenido demasiado alejada de la influencia de Roma y ya iba siendo hora de mostrar a las díscolas provincias del este, que Roma aún era fuerte, y que su intención era volver a ejercer un dominio directo y efectivo sobre las opulentas regiones de oriente.
Asistimos hoy a la reconquista, por parte del Aureliano, de la región oriental del imperio romano, a su venganza ante las fuerzas disgregadoras que habían debilitado Roma durante demasiado tiempo.
Asistimos hoy, amigos, al enfrentamiento definitivo entre Roma y Palmira. Una pugna agónica y casi dramática ya que ambas potencias luchaban no por expandir dominios, ni por riquezas, sino por su propia supervivencia. Solo una de las dos podía seguir caminando por la tortuosa senda de la historia.